miércoles, 7 de octubre de 2015

Smmelweis
Ignaz Semmelweis nació un verano de 1818 en Buda, en pleno corazón del imperio austro-húngaro. Quinto hijo de un próspero comerciante alemán, frustró los deseos de éste de que se convirtiera en abogado, mostrando más interés por la medicina.
Estudió en Viena y Buda, y tras obtener el doctorado en obstetricia, Semmelweis obtuvo un puesto de ayudante en el Hospital General de Viena. Muy pronto comenzará a trabajar en la Maternidad del hospital.
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HISTORIA:
A mediados del siglo XIX, aun no se conocían los principios científico-epidemiológicos de la transmisión de las enfermedades infectocontagiosas. Por lo que se producían verdaderas epidemias de infecciones nosocomiales en los hospitales de la época, como era el caso de la Fiebre Puerperal en el Hospital General de Viena. Allí ejercía como Asistente de Obstetricia de la Sala 1 (Jefe Dr. Klein) desde 1846, un joven médico húngaro, de origen judío llamado Ignaz F. Semmelweis, quien desde su época de estudiante con los doctores C. Rokitansky (Prof. Anatomía Patológica), J. Skoda (Prof. Clínica Médica) y F. Von Hebra (Prof. Dermatología) había observado la alarmante mortalidad materna debido a la Fiebre Puerperal, la que oscilaba en alrededor del 40% de las parturientas.
Semmelweiss observó que la incidencia de Fiebre Puerperal era más alta en la Sala 1 (Dr. Klein) donde atendían los médicos y estudiantes de medicina, que la reportada en la Sala 2 (Dr. Barcht) donde se atendían los partos predominantemente por parte de las comadronas de la maternidad. 
Semmelweis había observado que los médicos y estudiantes que atendían en la Sala 1, donde existía la más alta mortalidad, atendían a las parturientas luego de realizar las autopsias y los estudios de anatomía forense sin lavarse las manos y mucho menos, sin cambiarse sus vestiduras. Esta sospecha fue demostrada el momento en que fallece con un cuadro clínico muy parecido a la sepsis puerperal el Dr. Kollechtka (Profesor de Anatomía) luego de haberse cortado su mano, de manera accidental, con un escalpelo en una sesión anatómica. La conclusión era muy obvia, los médicos y estudiantes de la Sala 1 transportaban en sus manos los exudados cadavéricos que transmitían a las parturientas en sus tactos vaginales.A pesar del asombroso resultado que determinó la higiene de manos en la mortalidad materna del Hospital General de Viena, y que fue publicado en el año de 1861 en su obra: De la etiología, el concepto y la profilaxis de la fiebre puerperal, Semmelweis fue expulsado del Hospital de Viena por sus superiores, quienes nunca aceptaron la contundente evidencia científica de su investigación e intervención porque, aparte de su egolatría, arrogancia y dogmatismo, ellos consideraban que las enfermedades se transmitían por los miasmas del aire.

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